Hay quién recibe esta aparición en un momento de su vida en el que intenta superar un duelo y busca un poco de luz en el camino, hay a quién le llega en una época de supuesta estabilidad emocional, de puro convencimiento de estar viviendo una vida que ha escogido libremente.
Y en un instante con la misma rapidez con la que llega
dejándonos una falsa sensación de felicidad, se aleja, desaparece, nos abandona,
lo rechazamos; no importa el causante, el motivo siempre y cuando exista una
conexión entre los dos, es el mismísimo miedo, la otra cara del amor.
Y entonces tras la ruptura desaparece la euforia y deja tras
de sí un vacío en ambas partes, pero no es un agujero momentáneo causado por la
ocasión, es un vacío existencial, surgido del caos y que todo ser viviente
tiene que llenar en este tránsito por la madre tierra hasta conectar con su verdadera
luz, con su verdadera esencia.
Las relaciones entre parejas, padres, hijos, amigos,
compañeros, es un recorrido hacia la comprensión y el autoconocimiento de uno
mismo, es un camino hacia el AMOR.
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